La importancia de la alimentación en el envejecimiento de tu cuerpo es una evidencia, y en esta evidencia tiene un papel clave el intestino, pues en él hay microorganismos que componen la Microbiota, que resultan ser los agentes que controlan que lo que comemos nos beneficie, nos evite enfermedades y mantenga nuestro organismo joven. Pero se daña cuando comes lo que no te conviene, en particular azúcares en sus distintas versiones. Y deja de funcionar, trayendo incidencias varias como la inflamación del abdomen, dolor de cabeza, erupciones cutáneas, fatiga, intolerancias alimentarias. Saber la dieta que nos conviene, junto a ciertas reglas generales en cuanto a variedad y riqueza del mismo, aporte de vitaminas y minerales, etc, es cuestión de cada persona. Y una dieta personalizada es esencial junto al mantenimiento y práctica de hábitos saludables como hacer ejercicio, no consumir alcohol ni fumar y evitar el estrés. Porque estamos ante un asunto que va más allá de lo meramente estético. Estamos ante una cuestión de salud.

Tu alimentación debe estar basada en tu realidad, en tus necesidades. No precisa la misma comida una persona de 20 años que una de 60, ni alguien con hábitos sedentarios que un deportista. Para lograr los mejores beneficios en cada caso, la dieta y forma en que te alimentas debe adaptarse. Contar con esta personalización te ayuda a prevenir problemas y enfermedades derivadas de ellos, que son potenciales enemigos cuando se van cumpliendo años, y que irán multiplicando las señales que indican un envejecimiento prematuro o la pérdida de longevidad.

Por eso debes usar la alimentación como medicina para prevenir problemas cardiovasculares, posibles diabetes, alergias alimenticias y evitar que cualquier incidencia se haga en el futuro un problema crónico de más difícil solución.

La medicina antienvejecimiento más eficaz empieza con una alimentación personalizada y adecuada a ti, a tus necesidades. Tu salud y longevidad te lo agradecerán.